Cocinar en familia, salud mental y física
Cocinar con los niños supone, entre otras ventajas, la transmisión de hábitos y de cultura.
“La comida es cultura y debemos pensar cuál queremos transmitir a nuestros hijos”, Cuando hacemos la comida a nuestros hijos, les enseñamos, con nuestro ejemplo, a cuidar a los demás. También es un buen momento para estrechar nuestros vínculos, para fomentar la conversación y, desde luego, el cariño.
Además, tanto si cocinamos con nuestros hijos como con nuestra pareja o amigos, estamos aprendiendo a cuidar nuestra salud, si tenemos en cuenta que hasta ocho de cada diez enfermedades que restan años de vida saludable guardan relación con lo que comemos, según la Organización Mundial de la Salud.
Cocinar en compañía de otros fomenta nuestra creatividad compartiendo nuevas recetas y trucos culinarios.
Comer en casa, comer menos…y mejor
Diversos estudios constatan que cuando comemos fuera de casa tendemos a consumir más calorías. Y no solo porque escogemos alimentos más calóricos (Ej.: salsas, postres, etc.) sino porque el tamaño de las raciones que nos sirven suele ser superior al que nos servimos en casa.
De hecho, uno de los manuales de referencia para los dietistas-nutricionistas, Krause Dietoterapia, detalla que “Las raciones y las calorías que los restaurantes y los establecimientos de comida para llevar ofrecen para un menú superan a menudo las necesidades energéticas de todo el día de una persona”.
Comer en familia: menos obesidad y dieta más sana
Un consenso relacionado con la prevención y el tratamiento de la obesidad infantil y juvenil refrendado por doce sociedades científicas de referencia en diciembre de 2007 (revista Pediatrics) aconseja preparar más comidas en el hogar, en vez de comer en un restaurante, y comer en familia como mínimo 5 o 6 veces por semana.
Estos dos consejos junto a otros, como realizar una hora de ejercicio físico o tomar más de cinco raciones de frutas y hortalizas a diario, forman parte no ya de la prevención, sino incluso del “tratamiento” de la obesidad infantil y juvenil.
Compartir la mesa, más salud emocional
Más allá de la dieta, cuando compartimos la mesa a menudo, estamos fomentando dinámicas interpersonales más positivas, debido a que existe una mejor comunicación. ¿Cuántos momentos tenemos en el día para escuchar de forma exclusiva a nuestros hijos? El momento de las comidas puede ser un tiempo precioso para compartir experiencias y pensamientos.
10 razones para comer en familia
De todo lo explicado, podemos concluir que tanto cocinar como comer en familia comporta, como mínimo, los siguientes diez posibles beneficios:
- Permite la interacción social y la convivencia (claves en toda alimentación saludable).
- Supone una transmisión de hábitos y de cultura.
- Es útil para estrechar vínculos y para fomentar la conversación y el cariño.
- Nos ayuda a adoptar destreza en el arte de alimentarnos saludablemente.
- Puede prevenir la obesidad en adultos y niños.
- Es una de las herramientas con las que abordar la obesidad infantil.
- Se asocia a una mejor calidad de nuestro patrón de alimentación.
- Se relaciona con menos síntomas depresivos en niños.
- Previene los trastornos del comportamiento alimentario (Ej.: anorexia o bulimia).
- Puede prevenir los comportamientos de riesgo en adolescentes.
Autor: Julio Basulto, diplomado en Nutrición Humana y Dietética (Universidad de Barcelona)
Fuente: http://www.juliobasulto.com/
Muy interesante. Aunque no siempre me siente a comer con mis hijos, sí que me quedo con ellos para charlar. Y por supuesto, no hay televisión en la cocina.
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